20090309

ALICANTE-RONCESVALLES

Entrada a un albergue en Saint Jean Pied de Port

En una calle de Saint Jean

Subiendo a la fortaleza

En el mirador de la fortaleza

El mismo sitio

Inscribiéndonos en el albergue de Roncesvalles

Interior del albergue

Eslabones arrancados de la tienda del Califa por Sancho el Fuerte en la batalla de las Navas de Tolosa


Vidriera dedicada a esa batalla


Claustro de la colegiata de Ntra. Sra. de Roncesvalles


Interior de la iglesia


Capilla de Santiago o de los peregrinos


Capilla del Santo Espíritu


Placa en la fachada de la colegiata


Monumento conmemorativo de la batalla de Roncesvalles




23 y 24 de agosto de 2008, sábado – domingo: (Alicante – Roncesvalles)


Este año comenzamos la fiesta los hermanos Julián y Paco López, Antonio Vilaplana, Miguel López, Fernando Rodríguez y un servidor (Juan Olmos). Partimos de Alicante sobre las 10 de la noche, recogemos a Antonio en Alcoy y cenamos en Muro. Salida sobre la medianoche por Albaida hasta la autopista. Pasamos Valencia, Sagunto, Teruel y Zaragoza alternándonos, como siempre, al volante. Descansamos unas horas durmiendo como podemos en el coche en un área de servicio de la autopista y, tras un buen desayuno, reanudamos el camino ya de día. Bordeamos Pamplona y seguimos hasta Saint Jean Pied de Port, en Francia, pasando por Zubiri y Roncesvalles.

Saint Jean (Donibane Garazi en euskera) capital de la Baja Navarra, es un pueblo encantador, pequeño núcleo fortificado de la Edad Media atravesado por el río Nive, donde confluyen varias rutas jacobeas procedentes de Europa. Paseamos por algunas de sus calles subiendo hasta la fortaleza situada en una atalaya que se convierte en un mirador natural, proporcionándonos unas vistas magníficas sobre la ciudad y el valle.

Regresamos a Roncesvalles por donde hemos venido, la ruta que utilizó Napoleón para atravesar los Pirineos, rodeados de pinos y vegetación y tomamos un suculento menú: judias pochas, entrecot y arroz con leche acompañado todo de vino navarro de Irache. Luego nos inscribimos, compramos la credencial y nos situamos en el albergue que está ubicado en un edificio de piedra y es bastante confortable. Tras pactar con un taxista el regreso, Julián marcha a Pamplona a devolver la furgoneta de alquiler y los demás visitamos la localidad, pequeño conjunto de magníficos edificios donde en el año 778 tuvo lugar la mítica batalla en la que las tropas de Carlomagno, dirigidas por Roldán, fueron derrotadas por los vascones.

La colegiata de Nuestra Señora de Roncesvalles, gótica, se construyó entre 1194 y 1215 por orden de Sancho el Fuerte de Navarra y está inspirada en Notre Dame de París. A través de su pequeño claustro se arriba al Panteón Real del siglo XIII donde reposan los restos de Sancho el Fuerte, vencedor de la batalla de las Navas de Tolosa, y de su esposa Clemencia de Toulouse. Una hermosa vidriera está dedicada a esa batalla y a los pies de un pequeño altar hay unos eslabones de la cadena que el rey arrancó de la tienda del Califa y que son símbolo del Reino de Navarra.

Ya fuera, pasamos ante la capilla de Santiago o de los peregrinos (s.XIII) que está cerrada, a su lado la capilla del Santo Espíritu es la edificación más antigua de Roncesvalles, data de principios del s.XII, fue construida por Alfonso el Batallador rey de Navarra y Aragón, según la leyenda, sobre la tumba de Roldán, y tiene una cripta que servía de osario para los peregrinos que morían en el hospital.

A las 19,oo horas algunos asistimos a la misa del peregrino en la que se menciona el número y nacionalidad de todos los que ese día han llegado. Luego visitamos los dos bares que hay en el lugar en los que nos clavan como aceitunas, ¡Menudos precios!, es un monopolio, así que si quieres tomar algo, a pagar como si estuvieras en una terraza de Marbella.

Como hace frío, ya no hay nada que ver y estamos bastante cansados, sobre las 21,oo horas nos metemos en el albergue y esperamos a Julián para abrirle cuando regrese de Pamplona, mientras escuchamos el 4-2 del Madrid al Valencia en la final de la Supercopa.

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